La bomba de Hiroshima como excusa para la ironía trágica
Crítica de Cine
Cuando un cinéfilo dice "Lluvia negra", se suele pensar en el policial ambientado en Japón con Michael Douglas según Ridley Scott. Pero hay una película anterior llamada igual y, sí, japonesa. Lluvia Negra es una de las obras maestras de ese gran ironista nipón llamado Shoei Imamura, de quien aquí conocimos solo La balada de Narayama, La anguila, Kanzo Sensei y alguna más. Su obra, muy prolífica, es más visceral que la de su contemporáneo Akira Kurosawa, y aunque es más desparejo, también tiene cimas más altas. El título de este filme refiere a las cenizas que caen en un pueblo tras la explosión de la bomba atómica. Aquí hay una joven que sobrevive de milagro a ese crimen y se encuentra con la degradación física y moral que gana a sus vecinos, quienes terminan acusándola de sus propios males. Es una tragedia, sí, y también una ironía: Imamura no daba puntada sin hilo. En Qubit.TV.
Lluvia negra - Kuroi ame
Japón, 1989
Dirección: Shōhei Imamura
Intérpretes: Yoshiko Tanaka, Kazuo Kitamura, Etsuko Ichihara, Keisuke Ishida,
Duración: 123 minutos