Alberto flexibiliza la "cuarentena de comunicación" de los ministros de su Gabinete
El Presidente de la Nación y el fin de la ubicuidad. Tres encuestas que marcan la misma herradura, con imagen positiva en caída y la suba de la consideración negativa

Por Gabriela Granata
La última semana, los ministros del Gobierno nacional que habían sido parte del reparto volvieron a pisar las tablas de la escena pública. Puede haber sido por la caída de la imagen positiva del gobierno nacional o por la reaparición del ex presidente Mauricio Macri que llegó a soliviantar los ánimos de los sectores críticos, pero desde la residencia de Olivos alentaron las salidas de los funcionarios ante los medios
El trabajo que realiza cada uno de los ministros y funcionarios es notorio: la implementación del programa ATP de Asistencia a la Producción y el Trabajo, la flexibilización del acceso a las divisas para importar bienes de capital para reactivar o el control de Precios que están bajo la batuta del ministro de Producción, Matías Kulfas, son un ejemplo.
La actividad de la titular de la Anses, María Fernanda Raverta, insistiendo con la prórroga del Ingreso Familiar de Emergencia ( IFE) , la terea de contención y asistencia del ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, son menos visibles que la que ejecuta el Ministerio de Salud pero igual de incansable y compleja.
Pero ninguno de los actores directos de esa acción y, en defintiva, quienes conocen mejor las rugosidades y los éxitos, tiene bandera blanca para explicar directamente las medidas. Toda la comunicación quedó en manos del Presidente de la Nación, Alberto Fernández, y de su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quien tuvo mucha repercusión por haber contestado a los críticos de la gestión con un meme del hombre araña .
Aunque el presidente reniegue de los profesionales de la comunicación, varios ya habían advertido acerca del vacío comunicacional.
Hablen. Cuenten qué estan haciendo. Comuniquen. Informen. Generen agenda. Ocupen espacio en los medios. Como dijo @FernandezAnibal , pidan la pelota.
— Raúl Timerman (@raultimerman) July 6, 2020
El pueblo quiere saber del gobierno que eligió, no solo de la oposición destructiva! pic.twitter.com/ydRWSTKOhQ
Comparaciones (no tan) odiosas
Si bien Alberto Fernández no se muestra afecto a seguir los consejos de los consultores y/o encuestadores, lo cierto es que hace diez días le llegaron a funcionarios del Gobierno por lo menos tres resultados de consultoras que midieron la misma curva: un crecimiento de la imagen negativa del jefe de Estado y un descenso de la ponderación positiva comparando la situación entre mayo y junio .

De acuerdo con las cifras procesadas en junio, la imagen del Presidente de la Nación finalizaba el mes:
- D´Alessio Irol y Berensztein: Imagen positiva cae de 59% a 56% - Imagen negativa sube de 34% a 37%
- Ricardo Rouvier: Imagen positiva cae de 65,8% a 62,4% - Imagen negativa sube 31,3% a 35,3%
- Aresco: Imagen positiva cae de 74% a 65% - Imagen negativa sube de 23 a 33%

Está claro que no hay una razón excluyente. Pero la caída de la imagen positiva, el agotamiento social frente a la extensión de la cuarentena que la semana que viene cumple cuatro meses y el esfuerzo monumental que está haciendo el Gobierno por acomodar la escasez de recursos para solventar la necesidad de que no se deteriore más aún la situación laboral, industrial y empresaria está pasando todas las facturas juntas.
La última semana, los canales y las radios se llenaron de las voces de los ministros Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Daniel Arroyo (Desarollo Social), Ginés González García (Salud), Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Luis Basterra (Agricultura); la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca; el titular del Bice, José Ignacio de Mendiguren, además de Raverta y Mercedes Marcó Del Pont (AFIP).
En el Gobierno aseguran que, si los ministros no toman más protagonismo, es porque "Alberto es el mejor vocero". Evitando la tentación de los dichos sobre estar en la misa y la procesión, o cualquier variante, la ubicuidad del Presidente de la Nación parece tener un límite. Y que llegó la hora de dejar de ser Presidente, Jefe de Gabinete y vocero, todo en uno, para abrir el juego para salir a fortalecer su gestión.