Road show de candidatos, quiebres en la oposición y una inflación que se disparó con el dólar
Posibles candidatos a las Elecciones presidenciales del año que viene, las internas dentro del oficialismo y de la oposición, y la suba de precios que se sitúa en el alza del dólar
Los ojos del establishment estuvieron todos puestos en el foro del Llao-Llao, en donde lo que empezó como un club de herederos se convirtió en un road show de candidatos. Ahí se demarcaron, de algún modo, los límites que tiene hoy el debate democrático en la Argentina. El año pasado habían hecho una reunión menor de este foro, una versión reducida por pandemia, pero habían estado Emanuel Álvarez Agis, Wado de Pedro y Hernán Lacunza. Este año fueron Carlos Melconian, Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri, Javier Milei y Martín Guzmán, el único representante de un oficialismo partido que, en este caso, deja afuera al kirchnerismo.
Cuidadosamente recortado del mapa queda el kirchnerismo de ese futuro que empiezan a prefigurar los empresarios más poderosos de la Argentina. Cristina parece coincidir con ese pronóstico porque se aboca al armado de un "Frente para la Derrota" como escribió Rodríguez Yebra para La Nación. Eso incluye el rescate emotivo de la marca Unidad Ciudadana, incluye la división del bloque en el Senado con la excusa táctica de la Magistratura para poder pagar el costo de una ruptura política más estratégica, y también incluye la entrevista con la Generala Laura Richardson, que es la Jefa del Comando Sur de Defensa de Estados Unidos, a quien la vice recibió más pensando en los tribunales del futuro que en los portaviones del presente, y que le costó caro, porque Richardson salió inmediatamente de esa reunión y dijo que le preocupaban las bases aeroespaciales chinas en Argentina.
En la Rosada, mientras tanto, ocurre la desorientación más absoluta. Se conforman con que nadie le haya respondido a Andrés Larroque, que dijo que a Guzmán "no lo votó nadie". A ese objetivo, que nadie le responda, Gabriela Cerruti le dedicó todo su martes, pero la interna igual sale de abajo de las baldosas. Apenas terminó el acto de la supuesta unidad en Neuquén por el Gasoducto a Vaca Muerta, salió Agustín Jerez, el jefe de IEASA, la ex CENARSA, a reclamarle los fondos frescos para empezar a construirlo, a Martín Guzmán. Deslizó que se los estaba “pichuleando” en una obra que todo el mundo considera clave para revertir la crisis energética para el año que viene.
Desheredados
En la oposición no se llevan mejor, además del desprecio mutuo que se prodigan Macri y Larreta, aunque se encuentren juntos en reuniones de gabinete o en recorridas por escuelas, y a pesar del acercamiento al dispositivo larretista de otros lados incondicionales de Mauricio, como Nicky Caputo, que en estos días está en Buenos Aires, que se reunió con Edgardo Cenzón, para reunir voluntades en pos de la candidatura Larreta 2023. Aparecen quiebres inesperados. Muy inesperados, diría yo.
El “Coti” Nosiglia en estas últimas semanas desheredó a Martín Lousteau y a Emiliano Yacobitti, con quienes viene construyendo una tribu de radicales porteños desde hace muchos años, pero especialmente con Yacobitti viene trabajando desde hace 25 años desde la UBA Económicas y Derecho, hasta el infinito y más allá.
Esto justamente llega en un momento de definiciones de la UBA, en donde se hablaba de que podía aparecer “Cati” Nosiglia como candidata a rectora en caso de que, como terminó pasando, no quisiera ir por un nuevo mandato el actual rector Alberto Barbieri. Pero ahora, esa candidatura, por este divorcio, aparece eclipsada y hay que ver hasta qué punto esto tiene repercusiones con el radicalismo, en donde resonó mucho la frase de Nosiglia de “a mi me gusta mucho también Facundo Manes como posible candidato a presidente” el año que viene.