Con foco en la reducción de brechas, el Gobierno lanzó la nueva Estrategia Nacional de Inclusión Financiera
Busca promover el acceso universal y potenciar la educación en la materia. Por el IFE y el ATP, se abrieron 4,8 millones de cuentas durante la pandemia. "El mayor desafío es fomentar un uso más profundo de las herramientas y reducir las brechas sociales, territoriales y de género", dijo Diego Bastourre
El Gobierno presentó este miércoles la nueva Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF 2020-2023). La iniciativa recupera el trabajo iniciado por la gestión de Cambiemos aunque con otro enfoque que se centra en la educación financiera y en la búsqueda de reducir las brechas sociales, territoriales y de género en el acceso a los servicios que ofrece el sistema.
La presentación estuvo a cargo de Diego Bastourre, secretario de Finanzas y presidente del Consejo de Coordinación de la Inclusión Financiera (CCIF); Mariano Sardi, subsecretario de Servicios Financieros y vicepresidente del CCIF; y Mercedes D'Alessandro, directora nacional de Economía, Igualdad y Género, quienes conversaron con BAE Negocios y un puñado de periodistas de otros medios.
Bastourre señaló que la ENIF tiene cinco objetivos estratégicos: ampliar y mejorar el acceso a bienes y servicios financieros, como cuentas de ahorro, crédito, medios de pago electrónicos y seguros; potenciar el uso de esos servicios; mejorar las capacidades financieras de la población y la protección del usuario en cuestiones de cyberseguridad; promover la interoperabilidad entre el sistema financiero tradicional y las nuevas plataformas de pago; y reducir las brechas sociales, ampliar la territorialidad y federalización e incorporar una perspectiva de género.
La ENIF fue impulsada por el Gobierno saliente en noviembre de 2019. El consejo encabezado por Bastourre e integrado por 14 dependencias públicas retomó los primeros trabajos e invitó a participar a bancos, fintech y el sindicato La Bancaria, entre otros sectores.
"Recuperamos los avances aunque cambiamos de enfoque. Tenemos una divergencia en el diagnóstico del problema. Para nosotros, es central los bajos niveles de inclusión en los sectores más vulnerables en términos de ingresos, de géneros, a los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, a los adultos mayores. Esto se traduce en barreras de acceso y limitaciones de uso. Otra diferencia de diagnóstico es que consideramos que el mayor problema para la inclusión financiera no es de oferta de servicios financieros, sino de demanda ya sea por desconocimiento, por falta de educación financiera o por la imposibilidad material", remarcó Bastourre.
Como resultado de la implementación del paquete de medidas paliativas de la coronacrisis, como el IFE y el ATP, este año se abrieron 4,8 millones de nuevas cuentas, principalmente en bancos públicos. Esto generó un crecimiento en el acceso desde los 9 puntos por cada 10.000 habitantes hasta los 12 puntos. Sin embargo, los funcionarios reconocieron que aún persisten "innumerables disparidades". Por caso, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires el acceso es de 27,4 puntos por cada 10.000, en Formosa y Santiago del Estero es de 7,7 puntos.
En ese sentido, el secretario apuntó que, si bien el acceso es un problema, particularmente en sectores puntuales, luego de la incorporación de muchas personas este año "el mayor desafío es fomentar un uso más profundo de las herramientas financieras, generar las capacidades" que permitan dar acceso a servicios que vayan más allá del cobro en una cuenta. Y señaló que una de las claves de la educación financiera será la formación en el uso inteligente de las finanzas familiares para minimizar problemas como el sobreendeudamiento de los hogares.
"La parte financiera siempre fue un territorio ajeno a las mujeres. Existen brechas en estos servicios: por ejemplo, las mujeres tienen más cuentas por protección social (AUH y otros planes) que cuentas sueldo, lo que exhibe también las desigualdades en el empleo", señaló D'Alessandro. En ese sentido, la funcionaria contó que se inició un trabajo con la Red de Consejalas dentro del CCIF para recoger las necesidades y demandas de distintas partes del país.
Entre las líneas de trabajo del CCIF se destacan el acercamiento de productos y servicios financieros bancarios a sectores vulnerables; las políticas de educación financiera y el desarrollo de campañas de capacitación e información, que se elaboran junto al Ministerio de Educación; y el fomento del crédito a sectores vulnerables, en articulación con instituciones como el Fondo de Capital Social (Foncap) y la Comisión Nacional de Microcrédito (Conami).
El relanzamiento de la ENIF contó con un prólogo del ministro de Economía, Martín Guzmán, en el que destacó que “la pandemia ha dejado en evidencia las desigualdades existentes en nuestro país en materia de acceso a la tecnología, y las dificultades de los sectores más vulnerables para ser parte de un sistema financiero que presenta deficiencias a la hora de incluir a toda la sociedad”
"Continuaremos profundizando, con educación financiera en todo el territorio argentino, este camino que iniciamos para poner al alcance de todas y todos, las herramientas que simplifican procesos y se traducen en mejoras en la calidad de vida de nuestra gente", afirmó el texto de Guzmán.
En ese sentido, en Economía destacaron que este año Argentina avanzó a la cuarta posición en el ranking global de Inclusión Financiera del Microscopio Global 2020 elaborado por The Economist Intelligence Unit (EIU), entre las 55 economías emergentes evaluadas. Esto implica una mejora en relación a 2019, cuando ocupaba el séptimo lugar.