El modelo de Israel es un espejo implacable para los funcionarios argentinos
Logró domar la inflación, tener una moneda fuerte y sumar reservas hasta 200.000 millones de dólares en el Banco Central. El país asiático está preocupado pero por la cantidad de dólares que ingresan en su economía.
Enviado especial Grupo Crónica a Israel
"Nunca es tarde para ser lo que podrías haber sido", la frase de George Eliot puede resumir la experiencia de los funcionarios argentinos que visitan por estos días Israel, en una misión técnica que dejó al desnudo las diferencias entre la economía de este país y Argentina.
Precisamente, ministros y gobernadores arribaron a Israel en busca de un modelo de administración de agua en tierras con estrés hídrico, pero encontraron mucho más que eso. Sobre la base de la cultura de gestionar la escasez, este pequeño país ha logrado convertir tierras desérticas en un vergel de producción intensiva.
A los costados de las rutas, a bordo de un ómnibus dorado con la inscripción "Premium" en uno de los laterales, en visitas a plantas potabilizadoras, desalinizadoras y de reciclado de agua, los funcionarios argentinos pudieron ver cómo un sistema de riego inteligente alimenta extensos naranjales y otros cultivos intensivos en tierras que no tienen la "bendición" de la zona pampeana.
Israel recicla hoy 90% del agua residual, el porcentaje más alto del mundo.
La imagen que esta nación devuelve a cada paso a la delegación argentina es incómoda por donde se la mire, también en la gestión de la economía y en el desarrollo de industrias innovadoras que han llevado a los habitantes a tener los más altos estándares de vida del planeta.
Israel, cuya superficie es similar a la provincia de Tucumán, unos 22.000 kilómetros cuadrados, logró en 40 años dar un giro de 180 grados y hoy se ha convertido en unos de los 29 países con mayor PBI del mundo ( Argentina está en el puesto 33).
El nivel de reservas internacionales del Banco Central de Israel convierten en una fortaleza las finanzas del país: superan los 200.000 millones de dólares, cinco veces más que las que tiene en sus fatigadas arcas la entidad dirigida por Miguel Ángel Pesce. Y el PBI per cápita alcanza los 46.000 dólares, seis veces más que el de Argentina.
Los indicadores sociales también son contrastantes. Las tasas de pobreza y de desempleo de Israel son la mitad que en el país sudamericano.
Este martes, durante la visita a la planta de reciclaje de agua Shafdan, la más grande de medio oriente, se oyó a dos gobernadores de la delegación conversar sobre un fenómeno que se consolida y profundiza en Argentina: el de los trabajadores pobres, es decir personas con empleo registrado pero cuyas familias se encuentran por debajo de la línea de pobreza.
"La inflación está comiéndose los bolsillos de la gente", dijo un mandatario del norte del país, a metros de un reservorio de la empresa nacional de aguas Mekorot. ¿Qué hacen en las provincias para controlar los precios?, preguntó Grupo Crónica. "La inflación no es responsabilidad nuestra. Hoy nosotros tenemos nuestras economías mucho más ordenadas que la Nación", se diferenciaron.
Los duros años ochenta
Pero las cosas no siempre fueron así para Israel, sino que a mediados de los ochenta su economía estaba en la ruina. En 1985, la inflación de este país era de 400%, similar a la de Argentina ese año, y el déficit fiscal superaba el 15% del PBI.
Un programa antiinflacionario severo, nuevas relaciones económicas y geopolíticas con Estados Unidos, y acuerdos de precios y salarios con empresarios y sindicatos lograron desde entonces hacer descender bruscamente la tasa de inflación.
Casi cuatro décadas después, el índice de precios al consumidor de Israel ronda el 3,5% interanual, mientras que en Argentina la cifra superó el 55% en marzo, en el mismo lapso.
A diferencia de Argentina, Israel tiene hoy un exceso de ingreso de divisas, principalmente desde el sector de alta tecnología (hi-tech) que es una máquina de generar dólares para la economía. El país es el segundo en el ránking mundial de unicornios, es decir de empresas que valen más de 1.000 millones de dólares de capitalización de mercado.
Gobernadores, ministros y asesores pudieron visitar el lunes la sede de uno de esos unicornios, Watergen, una compañía que ha logrado extraer agua del aire. Alrededor de una mesa oval en el segundo piso del edificio corporativo, bebieron agua pura fabricada desde la atmósfera, en pequeños vasos de plástico azules. Más tarde, en el subsuelo, admiraron una máquina para hacer agua de aire instalada en un automóvil (y también un Roll Royce Phantom estacionado al lado).
La visita de la comitiva argentina a este país ha dado muchas ideas a gobernadores que requieren una gestión más eficiente del agua para el consumo humano y también para la actividad productiva. Pero también ha impregnado en los funcionarios la idea de que una gestión eficiente a largo plazo decanta en mejoras para los habitantes.
Esta nación es hoy un modelo a seguir en todo el mundo. Pero para los funcionarios argentinos, Israel es un espejo que huye, un oasis lejano.