El surf salió del aislamiento y se corre en toda la costa atlántica
Después de 105 días de espera, Mar del Plata fue la última ciudad en habilitar los deportes náuticos. Necochea había sido la primera, pero tuvo que suspender unos días por un brote de coronavirus en la ciudad. La experiencia del regreso al agua en pleno invierno

Por Miguel Graziano
Es cierto que hace un frío de locos pero los surfistas celebran por estas horas que todas las playas de la costa atlántica están habilitadas para los deportes naúticos y se meten al agua. No sin tomar las precauciones para que la cabeza no les duela como si se hubieran tomado un cucurucho de helado de un bocado, le hacen frente a las olas después de una abstinencia impuesta por el aislamiento por el coronavirus, que fue un poco más breve en otras ciudades, pero llegó a los 105 días en Mar del Plata.
Lucía Indirain y Martín Passeri (campeones argentinos) y el dirigente marplatense Fernando Aguerre, responsable de insertar al surf como deporte en los Juegos Olímpicos, coincidieron en que los más de tres meses sin el agua fueron "muy duros" pero que ahora disfrutan más.
"Estos 105 días sin surfear fueron muy duros. Pasé por todas las emociones, sensaciones y estados de ánimo, algunas muy difíciles porque en el final sentíamos que era injusto que siguieran prohibiendo una actividad que se hace en el medio del mar y con tan bajo grado de contagio. Pero ahora volvimos a nuestra pasión y profesión, y lo disfrutamos muchísimo", aseguró Passeri, actual campeón nacional, coach del Team Quiksilver-Roxy y director de la centro de alto rendimiento de surf (Ceeis) en el balneario Honu Beach.
Mar del Plata fue la última ciudad costera de la provincia de Buenos Aires que habilitó los deportes náuticos, por ahora sólo como parte de una prueba piloto de una semana, con la posibilidad de extenderla dependiendo de sus resultados.
Aunque también tuvieron que esperar y se perdieron los soleados días de otoño, otras ciudades, como Necochea, habilitaron mucho antes la posibilidad de ir a la playa a correr las olas. Juan Marchetti, quien surfea hace más de 30 años y es autor de "Con las olas contadas", se disculpó por responder con audios la consulta de BAE Negocios: "Recién llego de la escollera y tengo las manos congeladas".
Necochea fue la primera ciudad en habilitar el surf. Fue el 23 de mayo -sólo durante los fines de semana- pero se cortó por los contagios de Covid-19 que hubo en la ciudad por el baby shower clandestino. Estuvo parado 10 días y se volvió a habilitar, de lunes a lunes.
Después de un rato, Marchetti se animó a escribir. "Siempre tenemos el mismo dilema. Nos decimos que no vamos a meternos, que hace un frío bárbaro, pero pasás por el mar, ves las olas que están rompiendo buenas, y todo lo que decías queda en el olvido", contó.

Sólo hace falta quedar liberado de las obligaciones laborales para olvidarse del frío, agarrar la tabla, el traje de neoprene, las botas, los guantes, la capucha y salir para la escollera. "Ahí me encuentro que varios de los pibes ya están metidos. Es hermosa esa sensación, es como cuando de pibe llegabas al potrero y veías como los chicos ya habían empezado a jugar. Te apurás, te cambias rápido y en un santiamén estás semi desnudo, con la toalla en la cintura tratando de ponerte el traje de neoprene", explicó.
Todo depende de la marea, el viento y las obligaciones de cada uno, pero desde las 8 hay gente en el mar. Por la cuarentena, en esta ciudad bonaerense, el surf está habilitado de 8 a 17.
"Para meterte al agua necesitás un traje (de neoprene) de invierno. La medida es por milimetro, cuando más grueso más mantiene la temperatura. Un traje estandar tiene entre 3 y 4 mm de grosor. Hay que usar botas y guantes, ya que el agua de tan fría te quema la piel. Y una capucha para cubrir la frente cuando te sumergís o hacés un patito (pasar la ola o la espuma de la ola por debajo) cómo hacen los patos. En esta parte del año, si no usás capucha, luego de filtrar 2 o 3 olas sentís un dolor de cabeza similar a comerte un cucurucho de helado de un solo bocado", describió.
Con un traje que los hace sentir como Robocop y les quita mucha movilidad, una vez en el agua no son pocos los que se preguntan "porqué carajo me estoy metiendo". Marchetti afirmó que "después de correr unas olas, esa pregunta se contesta sola".
Mar del Plata, feliz
Para Lucía Indurain, bicampeona nacional y séptima en los Panamericanos de Lima, volver "fue una sensación muy especial. De felicidad, claro. Pero también recuerdo que el primer día me fui de cabeza en las primeras cinco olas, mi cuerpo no estaba al ritmo".

"Poco a poco lo fui retomando y ahora me planteo objetivos a corto plazo para ir recuperando mi nivel y estar lista para cuando vuelvan las competencias", agregó Indirain (23 años), figura del Team Roxy, campeón a nivel nacional, a la prensa oficial del equipo.
Passeri, de 45, advirtió: "Debemos ser muy cuidadosos. Muchos lo fuimos durante la cuarentena pero ahora hay que seguir, sabiendo que somos focos de contagio como cualquiera. Debemos tomar cada una de las precauciones para seguir defendiendo nuestro espacio".
Los surfistas cumplen la actividad en los horarios permitidos (de 9 a 17), usan tapaboca fuera del agua y respetan el distanciamiento social (en el agua y en las playas) y en el transporte (un surfista por auto).

Aguerre, presidente de la Internacional Surfing Association desde 1994 y uno de los dirigentes que logró que el surf fuera aprobado como deporte olímpico (debutará en los Juegos de Tokio 2020, en julio del año próximo), consideró que "estos 105 días se sintieron interminables. Al principio entendimos que la cuarentena y el aislamiento eran la mejor solución, pero viendo que la ciudad tenía un bajísimo nivel de contagios, se fue creando un consenso para flexibilizarla".
"Afortunadamente las autoridades dieron el permiso. Ahora todos debemos seguir con mucha responsabilidad para que la prueba se convierta en permanente. Mi cara manifiesta lo que llamo hidroalegría, la alegría de estar en el mar. Por suerte acá estamos de nuevo con los cuerpos y las almas en agua salada. Más alegres y felices", concluyó el dirigente y empresario marplatense.
Necochea la primera, Mar del Plata la última, pero ya todas las ciudades de la costa atlántica tienen habilitada la posibilidad de, con las precauciones del caso, tomar las tablas y apurar el camino a la plata desierta para correr sobre las olas.